Un agarre de lo más clásico
Los neumáticos influyen de forma decisiva en la dinámica del vehículo. No solo en los Porsches nuevos, sino también en los modelos clásicos. Ya se pueden adquirir neumáticos nuevos para casi cualquier modelo de Porsche que no supere los 50 años de antigüedad. Revisados técnicamente y probados a fondo, entre otros por Walter Röhrl.
La N en el flanco del neumático marca la diferencia. Certifica que esta cubierta ha sido autorizada por Porsche. N: un sello de calidad internacionalmente válido y oficialmente reconocido como norma. ¿De qué sirve un neumático con las dimensiones adecuadas si en realidad está pensado para una furgoneta? A un 911 clásico seguramente no le ayudaría, y menos aún a su conductor.
Solo si se ha estado en el recinto de pruebas ubicado en el idílico Piamonte se adivina el esfuerzo que hay detrás de esa única letra inscrita en el flanco. Los aviones del cercano aeropuerto de Milán Malpensa trazan líneas blancas en el azul eléctrico del cielo. En cambio, la pista de pruebas está cubierta por varios milímetros de agua a fin de probar un aspecto tan importante como es la conducción en mojado. El 993 RS azul Riviera levanta una fuente de finas gotas cuando Walter Röhrl lo introduce en la curva con destreza. En el área límite, ¿muestra el vehículo ese equilibrio sereno que puede resultar decisivo en la prueba? Con cara de satisfacción, Röhrl responde: «Es apto». Y precisa: «Lo ideal es que el neumático, a través de la dirección, transmita a las manos del conductor lo que pasa bajo las ruedas. Cualquier Porsche tiene, en todo caso, una dirección altamente sensible hecha a medida para lograr este fin. Si señaliza claramente el grado de esfuerzo, permitiendo al conductor aminorar con cuidado antes de excederse, podemos darnos por contentos».
Satisfacción en 33 niveles. Porque 33 son los criterios de prueba que Porsche obliga a cumplir para dar su autorización. Precisión de fabricación, rotación precisa, potencia de frenado y ausencia de aquaplaning, maniobrabilidad, influencias de la dirección y precisión en la estabilidad direccional: el equipo debe trabajar meticulosamente para verificar todos los criterios. El fabricante de neumáticos Pirelli ha combinado perfiles de neumáticos clásicos con las mezclas de cauchos más nuevas y una estructura moderna de la carcasa, confiando su ensayo a Porsche. El Museo Porsche y el departamento competente de coches clásicos han cedido sus tesoros rodantes para que sirvan como vehículos de prueba. En el paddock está la flor y nata del universo Porsche: tanto los primeros 911 como potentes 928 GTS, fogosos 996 RS o los bien aireados cabrios 993.
Neumáticos ultramodernos cuyo aspecto es exactamente el de un Pirelli Cinturato de los años sesenta: cubiertas que no solo pueden lucir su atractivo en cualquier concours d’élégance, sino que además se conducen de maravilla, según confirma Dieter Röscheisen, técnico de Porsche que estuvo presente cuando el 959 hizo sus primeras pruebas. Él y Röhrl acumulan juntos más de 80 años de experiencia en pruebas y rallyes. Precisamente el nuevo 185 VR 15 Cinturato para el 911 clásico de la primera generación ha recibido de Röscheisen una buena calificación: «Se adapta bien al nueveonce. El agarre es bueno y marcadamente estable en ambos ejes. Y en el área límite sobre mojado permite percibir toda la previsibilidad que necesita un coche así».
El resultado de esta prueba han sido 200 nuevos neumáticos autorizados específicamente para 16 modelos de Porsche (desde el 356 hasta el 991). Gracias a ellos, casi cualquier Porsche histórico puede rodar como el primer día. Es más: Röscheisen y Röhrl están seguros de que con estos nuevos neumáticos se pueden rebajar con creces los tiempos por vuelta de antaño. Lógicamente, esto tiene su atractivo sobre todo cuando las décimas de segundo son importantes, como sucede en el automovilismo histórico.
Entre los merecedores de la marca N hay por primera vez un modelo semislick: el P Zero Trofeo R. Los semislicks, o neumáticos semilisos (disponibles para el Porsche 996 RS), se diferencian de los normales por un hombro de la banda de rodadura y carcasa más rígidos y una mezcla de cauchos más blanda. Así se garantiza que el Trofeo R –incluso después de dar muchas curvas rápidas– no «ceda» sobre la pista de carreras, como sucede con los neumáticos de carretera normales porque el borde se deshace bajo el esfuerzo que soporta en las curvas. Walter Röhrl expresa su admiración con estas palabras: «Ojalá esto hubiese existido antes».
Texto Michl Koch
Fotografía Christoph Bauer
Créditos: Porsche
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